Como ya os he comentado en algún post anterior, éste año la cosecha de higos está siendo impresionante. Llevamos más de un mes recogiendo ésta riquísima fruta de nuestra grandiosa higuera 🙂

 

Nos la comemos recién cogida, preparamos ensaladas, pasteles, tablas de queso, regalamos higos a todo el que viene a vernos… y por supuesto, preparamos mermelada. Ésta receta es la que os dejo hoy en el blog. Para que aprovechéis hasta el último higo de la temporada.

 

A l@s niñ@s les suele encantar ayudar en la tarea de recolectar cualquier fruto, sobre todo al principio. Yo tuve la suerte de contar con la ayuda de mi peque y una de mis sobris que en un ratito de nada recogieron varios kilos de higos.

Ésta receta de mermelada de higos es facilísima de hacer y está riquísima untada en tostadas, sola o acompañada de queso. También se puede utilizar para dar un toque a los asados del otoño o para acompañar el aliño de una ensalada.

MERMELADA DE HIGOS

• 1 kg de Higos
• 700 grs de Azúcar moreno. Se puede hacer con azúcar blanco.
• 1 limón.

Limpiamos los higos y los partimos en cuartos. Los ponemos en una cacerola junto con el azúcar moreno y los dejamos macerar unas cuantas horas (seis horas será suficiente, también puedes hacerlo la noche anterior).

Ponemos la cacerola directamente a fuego medio y le añadimos el zumo del limón. Dejamos que cueza entre 45 minutos o una hora, removiendo de vez en cuando.

Mientras, esterilizamos los botes que vayamos a utilizar para almacenarlos. Se puede hacer lavando los frascos abiertos y las tapas en un programa muy caliente en el lavavajillas o como lo hice yo, dejándolos 10 minutos en agua hirviendo. Una vez pasado éste tiempo se sacan con unas pinzas y los dejamos enfriar boca abajo sobre papel de cocina.

Una vez que esté lista la mermelada, rellenamos los botes, los cerramos y los dejamos enfriar de nuevo boca abajo.

Con ésta cantidad yo rellené tres frascos de cristal de aproximadamente 350-400 grs.

Como veis el proceso no puede ser más sencillo y la mermelada está para chuparse los dedos. Así se de simple tendréis en vuestra despensa una exquisita mermelada «gourmet».

 

Mmmmmmmmmmm…!