Hace unas semanas que se celebraba el día mundial de esta rica y famosa tarta, y yo os prometí que en cuanto pudiera compartiría mi receta.

Ahora, a puntito de empezar la Semana Santa me ha parecido un buen momento, por aquello de que nos rodean conejitos de pascua con sus flores y zanahorias…

Por eso, la que veis en este post, aparece un poco más sofisticada. Rodeada de conejos como la ocasión merece.

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Como veis, esta tan chula la hice de dos pisos para poder hacer una con pasas y otra sin ellas.

Las pasas son un ingrediente muy característico de esta tarta, pero no a todo el mundo le gustan, así que esa fue la solución, porque sin ellas la «Carrot cake» sigue estando deliciosa.

Otra de las novedades fue el dejarla «semi desnuda». Las tartas desnudas o «naked cake» son las tartas que dejan ver el bizcocho y a mí me encantan. Pueden quedar súper bonitas, pero también es verdad que los bizcochos se secan antes.

Por eso esta solución me parece perfecta. Pongo el suficiente frosting o crema para que no se seque y así dejo también que se intuyan los bizcochos.

-TARTA DE ZANAHORIA CON FROSTING DE QUESO:

Para 8-10 pers.

• 6 huevos.
• 225 grs de azúcar moreno o panela.
• 150 grs de zanahoria rallada.
• 115 ml de aceite de oliva.
• 150 grs de harina.
• 1 cucharadita (1tp) de levadura.
• 1 cucharadita (1tp) de canela.
• 1 cucharadita (1tp) de nuez moscada.
• 50 grs de nueces troceadas.
• 50 grs de pasas sultanas.
• 1 pizca de sal.

CREMA DE QUESO:

• 300 grs de queso tipo Filadelfia.
• 150 grs de mantequilla en pomada.
• 140 grs de azúcar glas.

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Precalentamos el horno a 160º con aire.

1.- En el bol del robot y con las varillas, batimos los huevos con el azúcar hasta que doblen su volumen y quede como una masa esponjosa. Es decir hasta que adquieran «punto de relieve».

2.- Añadimos la zanahoria y el aceite. Mezclamos.

3.- Tamizamos la harina, la levadura, la canela, la nuez moscada y la sal e incorporamos a los polvos las nueces troceadas y las pasas (esto hace que en la cocción no se hundan en la masa).

Vamos incorporando poco a poco los polvos a la mezcla de los huevos. Lo haremos en 3 partes.

4.- Untamos con mantequilla y forramos con papel de horno un molde de 26 cm aproximadamente o dos más pequeños, como hice yo en esta ocasión… y vertemos la masa, dejando siempre un tercio del molde sin rellenar, para dejar que crezca la masa sin problema.

5.- Horneamos 45 minutos aproximadamente. Comprobamos que esté bien hecho por dentro introduciendo un pincho en el centro, que tiene que salir seco. Si no fuera así, dejamos 5 minutos más y repetimos la operación.

Sacamos del horno y dejamos que se enfríe. Desmoldamos.

6.- Preparamos el frosting o crema de queso. Batimos muy bien el queso con espátula o la «K» del robot. Añadimos la mantequilla en pomada, mezclamos muy bien, que no queden grumos y vamos incorporando el azúcar poco a poco. Rellenamos una manga pastelera sin boquilla, para distribuir mejor la crema (también puedes hacerlo sin manga, claro…)

7.- Cortamos el bizcocho longitudinalmente en dos o tres discos y rellenamos con la crema de queso. Untamos también crema por toda la parte exterior de la tarta. Puedes poner bastante o dejarla como he hecho yo esta vez… más finita y que se vea un poco el bizcocho. Alisamos con espátula o cuña, dejándola requetebonita. 😉

8.- Decoramos con nueces y zanahorias. O con galletas decoradas como estas de chulas y zanahorias u hojitas de fondant.

Una tarta con miles de años…

Aunque mucha gente se cree que su origen es norteamericano, la realidad es que la tarta de zanahoria se elaboró por primera vez en Europa, donde los cocineros de antaño buscaban maneras de endulzar los postres de una manera barata. Utilizaban vegetales dulces que abundaban en la época como la zanahoria, la calabaza o la remolacha y los mezclaban con frutos secos para dar sabor y dulzor a sus recetas. El azúcar o la miel solo estaban al alcance de unos pocos.

La primera «Carrot Cake» que conocemos es inglesa y se elaboró en el año 1699, pero fue mucho después cuando se convirtió en un pastel de fama internacional. Esto ocurrió después de la Segunda Guerra mundial, cuando se retomaban recetas antiguas y baratas debido de nuevo a la escasez y a la época de racionamiento. Es ahí cuando la receta emigra también a América y los americanos la hacen también suya, convirtiéndola en uno de los postres más icónicos de la cocina norteamericana.

La tarta es tan especial y tan popular que el mundo entero celebra su existencia el día 3 de febrero… Sí, sí, como lo oís… Ese día es el Día Internacional de la Tarta de Zanahoria.

Siempre, siempre es buen momento para saborear esta tarta espectacular… pero ahora con tanta zanahoria y conejo alrededor aún más…!

Hazla, decora, saborea, disfruta…y deja hueco para las torrijas…!

Feliz Semana Santa fareros!

Un millón de gracias!

Mmmmmmm…!