El otro día una amiga mía, fan de «mi» tarta de yema, me encargó una para su madre, golosa empedernida y a la que también apasionan los buenos dulces 😉 . El caso es que me dio hasta un poco de envidia. Así que decidí hacer dos y quedarnos en casa con una, así tendría mi propia opinión actualizada… Hacía mucho que no la hacía.

 

 

Tarta de yema capuchina

 

No sé si os he contado alguna vez lo bien que cocina mi mami. De hecho, esta tarta ella la borda. Y yo, como muchas cosas de las que sé, la aprendí de ella. La receta que tengo es la que mi madre escribió en su cuaderno, cuando de jovencita iba a la escuela de cocina de las Javerianas….

Se trata de una tarta clásica de nuestra repostería. Muy, muy dulce pero exquisita.

En esta ocasión una la hice en un molde rectangular de los típicos de «plum cake» y la otra en uno redondo de 22 cm de diámetro. Las tartas no salen muy grandes, pero casi mejor,  porque con un trocito es más que suficiente para no salir rodando… aunque está tan rica que siempre quieres más. Yo durante unos días me he puesto morada. Lo reconozco. Y eso, sano no es…

 

Tarta de yema capuchina

 

TARTA DE YEMA CAPUCHINA: 

– INGREDIENTES 6-8 pers:

Para el bizcocho:

  •  10 yemas de huevo.
  •  1 huevo entero.
  •  1 cucharadita de vainilla.
  •  1 cucharada de maicena.
  • 1 cucharadita de levadura en polvo.
  •  Mantequilla y papel de horno para forrar el molde.

Para el almíbar:

  •  150 grs de azúcar
  • 100 ml de agua.

Para la crema de yema:

  •  6 yemas de huevo.
  •  1 cucharadita de agua.
  •  1 cucharadita de vainilla.
  •  150 grs de azúcar.
  •  150 ml de agua

 

 

Tarta de yema capuchina

 

Precalentamos el horno a 160º.

1.- En el bol del robot, o en su defecto un recipiente hondo, ponemos las 10 yemas de huevo y el huevo entero. Batimos con las varillas hasta que tenga «punto de relieve». Mezclamos la maicena con la levadura y la añadimos espolvoreando sobre la espuma de huevos, mezclamos los polvos con mucho cuidado, integrándolos con una espumadera.

2.- Vertemos la preparación sobre el molde elegido que habremos untado con mantequilla y forrado con papel de hornear.

Ponemos otro papel untado con mantequilla (hacia abajo) sobre la preparación.

3.- En una fuente resistente al horno, echamos agua hasta la mitad aproximadamente y llevamos a ebullición dentro del horno. Si preferís podéis echar ya el agua hirviendo y meter la fuente con el horno ya precalentado. Horneamos al «Baño María», con cuidado de que el agua no sobrepase la mitad del molde.

Tiene que hervir muy despacio a 150-160° aproximadamente durante 15 minutos más o menos.

 

Tarta de yema

 

4.- Comprobamos el punto de cocción levantando con cuidado el papel que lo cubre y tocando con el dedo. Si no está pegajoso estará hecho. Este es el modo rústico. Si no, prueba a meter el palito y que salga limpio.

5.- Retiramos del horno. Si vemos que ha subido más de un lado que de otro, le ponemos un peso para igualarlo.

 

Tarta de yema capuchina

 

6.- Mientras vamos preparando el almíbar con los 150 grs de azúcar y los 100 ml de agua. Pinchamos un poquito el bizcocho y lo bañamos muy requete bien con ese almíbar. Lo cubrimos con otro papel de horno y lo dejamos reposar en la nevera. Si es posible toda la noche.

Si no, hasta que enfríe. Entonces podremos desmoldarlo.

7.- Para el cremoso de yema: colamos las yemas y las ponemos en un cazo, añadimos una cucharadita de agua y una cucharadita de vainilla. Mezclamos bien.

8.- En otro cazo, ponemos el azúcar y el agua para hacer un almíbar a «punto de hebra floja». Lo vigilamos y si es necesario pasamos una brocha mojada en agua por los bordes para evitar que los cristales de azúcar cristalicen.

Si tenéis termómetro la temperatura de este almíbar debe de ser de 107° aproximadamente.

9.- Cuando tenemos el almíbar listo lo vamos añadiendo en un chorrito fino sobre las yemas sin dejar de batir con las varillas. Acercamos la preparación al fuego, sin dejar de batir esperamos a que empiece a hervir. Una vez que hierve, lo batimos con fuerza un minuto más o menos, hasta que veamos que la crema espesa y vigilando que no cuaje.

Si lo hacéis con termómetro, retiramos la preparación del fuego cuando llegue a 84°. Pasamos a un bol que a su vez introduciremos en otro más grande con agua y hielo, para parar la cocción.

10.- Vertemos el cremoso sobre la tarta desmoldada previamente. Dejamos enfriar en la nevera.

11.- Una vez fría la tarta, la espolvoreamos con azúcar glas y la quemamos con un quemador haciendo rombos o la decoración que queramos.

 

Tarta de yema capuchina

 

 

El nombre de esta tarta hace alusión a las monjas Capuchinas, pertenecientes a la orden de las Clarisas, cuya fundadora fue Santa Clara.
Es tradición donar huevos a esta Santa y pedirle que haga algún favor. Si el día de tu boda le llevas una docena de huevos, tienes el sol asegurado. ¿No lo sabías? En mi caso, creo que fue Concha la encargada de hacerlo. Diluvió toda la noche y todo el día y luego… tachan!, un sol radiante. Doy fe. 🙂
Ahora, lo de la felicidad eterna marital, ya es otro cantar.
Esta tarta era uno de los manjares que preparaban en los conventos estas monjas de clausura entre otras.

 

Tarta de yema capuchina

 

Sinceramente os diré,  que esta tarta está de pecado, pero hay que compartirla con mucha, mucha gente por el bien de tu colesterol, de la glucosa en sangre y esas cosas… Ahora bien, es una tarta que de vez en cuando, hay que saborear, disfrutar y gozar… 😉

A mí, que me gusta el equilibrio en casi todo, aquí se me fue un poco la olla… Ahora estoy haciendo ayuno de huevos… 🙂

Gracias mil, por seguir la luz del Faro de Caramelo…

Mmmmmmm…!